Ayer por la tarde observé a un grupo de turistas;van como borregos, de un lado a otro, sin enterarse de nada, acuciados por un programa estricto que los obliga a hacerlo todo deprisa.
Me recordaban aquel chiste de Gila, cuando contaba un viaje en autobús por Europa y describía los apuros de una viajera, que sintiendo ganas de orinar en Bélgica, se bajó las bragas en Holanda, y sólo se pudo desahogar en Alemania.
A fin de cuentas, conocer y visitar cualquier lugar, son dos cosas muy distintas, y este mundo se ha colmado de peligros, porque el turista es blanco de robos y estafas sin cuento,(empezando por los que cometen las propias agencias de viaje), casi nadie se aventura ya a descubrir un país con su corazón viajero, a mezclarse con la gente, a alojarse entre los más humildes, a comer arroz si sólo tienen arroz, a compartir un pedazo de sus vidas y llevarse algo más que un recuerdo.
Quien hace eso una vez, ya no puede encontrar otra forma de viajar, no obstante, si estás pensando en hacer turismo, permíteme unos consejos:
-Asume que hay lugares que no podrás visitar, en sitios como Florencia o Egipto, la oferta es tan abrumadora que más vale que te informes antes y tengas muy claro lo que quieres ver, (aunque el camino tiene sus propias reglas, y nunca se sabe donde te llevará).
-Fuera las prisas, no te importe perder una mañana ante algo que te ha llegado al corazón, (yo no conozco Madrid, y seguramente si me dejaran suelto por allí me perdería, pero en el Museo del Prado no, me lo sé de memoria).
-Sé un poco aventurero, atrévete a conocer a la gente que visitas, no te importe no hacer la excursión programada para el día siguiente, si alguien te brinda su hospitalidad no te lo pienses, cuando alguien te abre las puertas de su casa, te abre también las de su corazón.
-Si te estresas por un retraso, tómate un segundo respira hondo y recuerda aquellos bellos versos de Juan Ramón Jiménez..."que yo quiero llegar tardando...andando...andando...Dejar mi alma en cada grano,de la tierra que voy pisando".
Buen vuelo amigos, y que el mejor viento sostenga las alas de vuestro corazón viajero.
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