Es mi desgracia y placer,
que las grasas se amontonen,
que las grasas se amontonen,
en capas bajo mi piel,
y que mi cuerpo deformen.
No es psicosis masoquista...
este dato que les conste,
es sólo conformidad,
con lo que me corresponde.
Vida sana has de pagar,
con que te torture el hambre,
diez kilómetros correr,
Yo me río en el sillón,
de la gota y la almorrana,
no pretendo cultivar,
el cuerpo en lugar del alma.
La gordura y la belleza son cosas incompatibles,
la solución restringir la ingesta de comestibles,
en la vida triunfar, exige guardar la línea,
no saltársela jamás, ni convertirla en oblicua.
Y es que todo en este mundo,
debe entrarnos por los ojos,
son ciegos para advertir, esos valores eternos,
que por eternos que son, nunca jamás serán viejos.
Tal vez por esta razón, hoy volví a ponerme a dieta.
y alivié mi mal humor, al escribir estas letras
pero este santo remedio no me ha servido de mucho,
mejor me iría empezar, la dieta del cucurucho.
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