La apiterapia, es un procedimiento de medicina natural
que consiste en utilizar el veneno de las abejas, y otros productos de la colmena, para curar enfermedades.
Así dicho, puede sonar muy raro, pero es una técnica muy antigua, ya hay constancia de su utilización en el antiguo Egipto.
Los beneficios de esta terapia son múltiples, y puede utilizarse en multitud de enfermedades, pero sobre todo, y aunque parezca mentira, dejarse picar por las abejas es un tratamiento paliativo asombroso, y notaremos la desaparición de los dolores en muy pocas sesiones. El veneno de las abejas, es el producto antiinflamatorio más potente que existe, y además completamente exento de efectos secundarios.
La técnica es sencilla, deberemos primero informar de los medicamentos que estemos tomando, pues pueden interactuar con el veneno; tras hacerse una prueba de alergia, el terapeuta tomará una abeja con unas pinzas, y lentamente, en contacto con nuestra piel, la hará pasar por la zona dolorida. Aunque a veces pensemos lo contrario, las abejas no son nada agresivas, y cuando pican, lo hacen por una buena razón, ya que para ellas clavar su aguijón, significa perder la vida. En este caso, la abeja nos pica porque aunque no lo sepamos, nuestro cuerpo emite energía y en las zonas doloridas existe un desequilibrio, el insecto lo percibe como una agresión, y responde defendiéndose.
El veneno de abeja, carece de efectos secundarios, hace que nuestro organismo secrete endorfinas y ensancha los vasos sanguíneos, el efecto del tratamiento es increíble, y constituye el mejor remedio natural, eficaz para paliar los terribles dolores producidos por la fibromialgia, las hernias discales,artrosis ,etc...
Es sorprendente comprobar, como los puntos en los que pican las abejas, coinciden con los puntos tradicionales de la acupuntura, además el tratamiento se complementa con la ingestión de otros productos de la colmena; miel, jalea real (reconstituyente), polen (muy eficaz para problemas de impotencia en el hombre), y propoleo (antibiótico natural fabricado por las abejas).
Hoy en día, no quedan apenas abejas silvestres, la proliferación de la varroa, (un ácaro diminuto que las parasita y prácticamente se las come vivas), hace que sólo la cría doméstica garantice su supervivencia, las abejas son importantísimas en el equilibrio ecólogico, ya que son en gran medida, responsables de la polinización, si desapareciesen, con ellas lo harían a su vez, multitud de especies de plantas, así que podríamos decir que ellas dependen de nosotros, pero nosotros también dependemos de ellas, como por otra parte sucede siempre en la naturaleza, aunque algunas veces lo olvidemos.
Quien tenga reparos a los aguijones, también puede beneficiarse del veneno de abeja, existen pomadas basadas en él, que podemos adquirir en cualquier centro naturista, sólo hay que asegurarse de que no somos alérgicos, haciéndonos una prueba, pero las pomadas no pueden compararse a la sorprendente y eficaz terapia de dejarse picar por abejas.
que consiste en utilizar el veneno de las abejas, y otros productos de la colmena, para curar enfermedades.
Así dicho, puede sonar muy raro, pero es una técnica muy antigua, ya hay constancia de su utilización en el antiguo Egipto.
Los beneficios de esta terapia son múltiples, y puede utilizarse en multitud de enfermedades, pero sobre todo, y aunque parezca mentira, dejarse picar por las abejas es un tratamiento paliativo asombroso, y notaremos la desaparición de los dolores en muy pocas sesiones. El veneno de las abejas, es el producto antiinflamatorio más potente que existe, y además completamente exento de efectos secundarios.
La técnica es sencilla, deberemos primero informar de los medicamentos que estemos tomando, pues pueden interactuar con el veneno; tras hacerse una prueba de alergia, el terapeuta tomará una abeja con unas pinzas, y lentamente, en contacto con nuestra piel, la hará pasar por la zona dolorida. Aunque a veces pensemos lo contrario, las abejas no son nada agresivas, y cuando pican, lo hacen por una buena razón, ya que para ellas clavar su aguijón, significa perder la vida. En este caso, la abeja nos pica porque aunque no lo sepamos, nuestro cuerpo emite energía y en las zonas doloridas existe un desequilibrio, el insecto lo percibe como una agresión, y responde defendiéndose.
El veneno de abeja, carece de efectos secundarios, hace que nuestro organismo secrete endorfinas y ensancha los vasos sanguíneos, el efecto del tratamiento es increíble, y constituye el mejor remedio natural, eficaz para paliar los terribles dolores producidos por la fibromialgia, las hernias discales,artrosis ,etc...
Es sorprendente comprobar, como los puntos en los que pican las abejas, coinciden con los puntos tradicionales de la acupuntura, además el tratamiento se complementa con la ingestión de otros productos de la colmena; miel, jalea real (reconstituyente), polen (muy eficaz para problemas de impotencia en el hombre), y propoleo (antibiótico natural fabricado por las abejas).
Hoy en día, no quedan apenas abejas silvestres, la proliferación de la varroa, (un ácaro diminuto que las parasita y prácticamente se las come vivas), hace que sólo la cría doméstica garantice su supervivencia, las abejas son importantísimas en el equilibrio ecólogico, ya que son en gran medida, responsables de la polinización, si desapareciesen, con ellas lo harían a su vez, multitud de especies de plantas, así que podríamos decir que ellas dependen de nosotros, pero nosotros también dependemos de ellas, como por otra parte sucede siempre en la naturaleza, aunque algunas veces lo olvidemos.
Quien tenga reparos a los aguijones, también puede beneficiarse del veneno de abeja, existen pomadas basadas en él, que podemos adquirir en cualquier centro naturista, sólo hay que asegurarse de que no somos alérgicos, haciéndonos una prueba, pero las pomadas no pueden compararse a la sorprendente y eficaz terapia de dejarse picar por abejas.
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TERAPIAS ALTERNATIVAS