Larga es, a veces, la ruta que el destino nos señala;
cruza las puertas de la sombra,
de largas noches sin mañana,
y solo besan tús pies,
las lagrimas que nos separan.
Y sin embargo... al final,
de nuevo nos encontramos,
y en un bosque sin tristezas desaparecimos,
hace ya muchos años.