Cuando te ví, supe que al final mi destino me había alcanzado, y que nunca más volvería a estar solo;
cada día que paso a tu lado, cae mansamente en mi vida como los copos de nieve, porque siempre son blancos, hermosos, brillantes y limpios; y aunque parezcan iguales, a tu lado son distintos.
Una vez más quiero jurarte mi amor eterno, esta noche del veintisiete en la que volvimos a encontrarnos, tú y yo solos otra vez, entre las estrellas innumerables que han de ser nuestros testigos...
Juro que eres tú la única luz que guía mis pasos, y que siempre caminaremos juntos, que donde quiera que tú vivas, allí deseo vivir yo, y que tu pueblo será mi pueblo, y que tu dios será mi dios...
Juro que para siempre me entrego a tí, en este mundo y más allá de él, por los siglos de los siglos... y que si en tu camino brotan espinas, ellas serán mi camino, tan solo abrázame fuerte amor, y pon tus pies en los míos, dos caminantes seremos, dos caminantes que han sido...consumidos...por un mismo destino.
Por siempre tuyo.
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A MI HADA