-¿No sabes la última?.-
Le dijo la cotorra a la alondra
-¡Al cuco le han timado!-
La alondra sorprendida levantó la vista, ahogando en su pico una risita incrédula, la cotorra continuó con su discurso interperrita...
-Todos conocemos al cuco, y sabemos de sobra de que pata cojea, siempre poniendo sus huevos en los nidos ajenos, sin mover ni una sola pluma, y para una vez que se le ocurre comportarse de manera decente, le pasa lo que le pasa...-
-¿Pero que es lo que le pasó?-
Interpeló la alondra.
-Pues verás, al cuco como te dije, se le metió en la cabeza que ya era hora de cambiar de vida. Quizás es que con los años a acabado chocheando un poco, ó tal vez le dio un ataque de arrepentimiento, no sé, pero esta vez decidió construir su propio nido y cuidar el mismo sus polluelos.-
-¡Increíble!-Dijo la alondra.
-Si hija si, como te lo cuento ,ahora claro, como el no tiene ni idea de como se construye un nido se le ocurrió contratar a algún ave que estuviera dispuesta a hacerlo, y como todos sabemos que trabajar no es su fuerte precisamente, recurrió sin ninguna vergüenza al chantaje, obligándonos a todos a pagarle un impuesto en trigo.-
-¡Vaya jeta!-exclamó la alondra.
-Bueno querida, hay que tener en cuenta que un cuco es siempre un cuco, y por muy chocho que esté no va a cambiar de costumbres de la noche a la mañana.
-Yo misma pagué encantada, y en el recibo especifica claramente que durante diez años no volverá a poner un huevo en mi nido.-
La alondra meneó la cabeza comprensiva.
-Claro claro..siendo así...la verdad es que tener esa tranquilidad compensa.-
La cotorra continuó hablando...
-Una vez que recogió todo el grano , (algo mas de un kilo dicen que era) , recibió la visita de la urraca, y llegó a un acuerdo con ella.-
-¡Faltaría mas!-
Exclamó sonriendo la alondra.
-¡Donde quiera que se presente un negocio, allí aparece una urraca!-
La cotorra asintió con un gesto.
-El caso es que cuando se cumplió el plazo de entrega nuestro cuco se instaló, muy satisfecho de si mismo, y la verdad es que parecía un nido precioso, de autentico lujo, pero muy pronto comenzó a tener problemas.-
-¡No me digas!-
-Pues si , (continuó la cotorra) , para empezar, casi todo era plumón y tenía muy pocas ramas. Así que...en cuanto comenzaron a caer las primeras lluvias se llenó todo de agujeros.-
La cotorra interrumpió la risita idiota de la alondra con una sonora carcajada.
-¡Pobre cuco! , ¡ojala lo hubieras visto! , tan empapado y desplumado como un polluelo de buitre leonado.-
Las dos rieron con ganas.
-Como puedes suponer, se puso como un obelisco, y en menos de un minuto se presentó en el nido de la urraca, dispuesto a cantarle las cuarenta, pero se llevó un chasco.-
-¿De veras?-
Preguntó incrédula la alondra.
-Si hija si, la urraca, sin alterarse, le mostró el contrato.-
-Aquí lo dice bien claro,es el constructor quien debe responder ante cualquier desperfecto.-
-Por eso mismo , (dijo el cuco fuera de si) , por eso vengo a reclamarte, pues fue a ti a quien yo entregué mi trigo.-
-Pero es que yo no soy el constructor-
-¿Como que no?.-
Dijo el cuco cada vez mas alterado..
-¡Pues no! , el constructor es el cuervo, es a él a quien debes reclamarle.-
La cara de estupor del cuco, resultaba casi cómica.
-Queriendo darte el mejor servicio, contraté a alguien mas experimentado que yo, y el cuervo es un profesional competente, llegamos a un acuerdo,por medio kilo de grano, él se encargó de todo.-
-Es decir, que tu has ganado medio kilo a cambio de hacer nada, entiendo...¡vaya caradura que tienes!.-
-La misma caradura que tienes tú,-
Le espetó la urraca
-¿Ó acaso fuiste tú el que fue al campo a cosechar las espigas?.-
El cuco bajó los ojos, y sin decir ni una palabra mas,se fue volando a ver al cuervo.
Encontró a este en la rama más alta y gruesa de un hayedo, recogiendo plumón de un nido abandonado...
-Mi especialidad es el plumón, y en este arte has de reconocer que el trabajo era perfecto.-
El cuco asintió malhumorado, después de todo, el cuervo estaba en lo cierto. Con una mueca de desgana, el cuervo siguió hablando...
-Para las ramas, contraté a los gorriones, un cuarto de kilo de trigo me supuso su trabajo, y es evidente que esos pequeños holgazanes no cumplieron debidamente con su cometido, así que yo también me siento perjudicado amigo mio...-
El cuco se despidió cortesmente, su furia no había menguado, pero no quería llegar a decir nada inconveniente.
En el bosque, el cuervo era un pájaro poderoso e influyente, todo el mundo le debía favores.
Los gorriones se encontraban como siempre faenando, entre los apretados surcos de un próspero campo de cultivo.
En cuanto vieron llegar volando la furia parda del cuco, como centellas corrieron a esconderse entre los zarzales cenicientos que poblaban las lindes del sembrado.
Pero no les valió de mucho, el cuco no venía ya dispuesto a atender razón alguna.
Bajo severas amenazas, los conminó a dar fin inmediato al encargo, y aunque aún no habían recibido ni tan siquiera una décima parte del trigo que el cuervo les hubiera prometido, hubieron de cargar con todo el peso de la obra hasta entregarla por fin a su dueño.
Le dijo la cotorra a la alondra
-¡Al cuco le han timado!-
La alondra sorprendida levantó la vista, ahogando en su pico una risita incrédula, la cotorra continuó con su discurso interperrita...
-Todos conocemos al cuco, y sabemos de sobra de que pata cojea, siempre poniendo sus huevos en los nidos ajenos, sin mover ni una sola pluma, y para una vez que se le ocurre comportarse de manera decente, le pasa lo que le pasa...-
-¿Pero que es lo que le pasó?-
Interpeló la alondra.
-Pues verás, al cuco como te dije, se le metió en la cabeza que ya era hora de cambiar de vida. Quizás es que con los años a acabado chocheando un poco, ó tal vez le dio un ataque de arrepentimiento, no sé, pero esta vez decidió construir su propio nido y cuidar el mismo sus polluelos.-
-¡Increíble!-Dijo la alondra.
-Si hija si, como te lo cuento ,ahora claro, como el no tiene ni idea de como se construye un nido se le ocurrió contratar a algún ave que estuviera dispuesta a hacerlo, y como todos sabemos que trabajar no es su fuerte precisamente, recurrió sin ninguna vergüenza al chantaje, obligándonos a todos a pagarle un impuesto en trigo.-
-¡Vaya jeta!-exclamó la alondra.
-Bueno querida, hay que tener en cuenta que un cuco es siempre un cuco, y por muy chocho que esté no va a cambiar de costumbres de la noche a la mañana.
-Yo misma pagué encantada, y en el recibo especifica claramente que durante diez años no volverá a poner un huevo en mi nido.-
La alondra meneó la cabeza comprensiva.
-Claro claro..siendo así...la verdad es que tener esa tranquilidad compensa.-
La cotorra continuó hablando...
-Una vez que recogió todo el grano , (algo mas de un kilo dicen que era) , recibió la visita de la urraca, y llegó a un acuerdo con ella.-
-¡Faltaría mas!-
Exclamó sonriendo la alondra.
-¡Donde quiera que se presente un negocio, allí aparece una urraca!-
La cotorra asintió con un gesto.
-El caso es que cuando se cumplió el plazo de entrega nuestro cuco se instaló, muy satisfecho de si mismo, y la verdad es que parecía un nido precioso, de autentico lujo, pero muy pronto comenzó a tener problemas.-
-¡No me digas!-
-Pues si , (continuó la cotorra) , para empezar, casi todo era plumón y tenía muy pocas ramas. Así que...en cuanto comenzaron a caer las primeras lluvias se llenó todo de agujeros.-
La cotorra interrumpió la risita idiota de la alondra con una sonora carcajada.
-¡Pobre cuco! , ¡ojala lo hubieras visto! , tan empapado y desplumado como un polluelo de buitre leonado.-
Las dos rieron con ganas.
-Como puedes suponer, se puso como un obelisco, y en menos de un minuto se presentó en el nido de la urraca, dispuesto a cantarle las cuarenta, pero se llevó un chasco.-
-¿De veras?-
Preguntó incrédula la alondra.
-Si hija si, la urraca, sin alterarse, le mostró el contrato.-
-Aquí lo dice bien claro,es el constructor quien debe responder ante cualquier desperfecto.-
-Por eso mismo , (dijo el cuco fuera de si) , por eso vengo a reclamarte, pues fue a ti a quien yo entregué mi trigo.-
-Pero es que yo no soy el constructor-
-¿Como que no?.-
Dijo el cuco cada vez mas alterado..
-¡Pues no! , el constructor es el cuervo, es a él a quien debes reclamarle.-
La cara de estupor del cuco, resultaba casi cómica.
-Queriendo darte el mejor servicio, contraté a alguien mas experimentado que yo, y el cuervo es un profesional competente, llegamos a un acuerdo,por medio kilo de grano, él se encargó de todo.-
-Es decir, que tu has ganado medio kilo a cambio de hacer nada, entiendo...¡vaya caradura que tienes!.-
-La misma caradura que tienes tú,-
Le espetó la urraca
-¿Ó acaso fuiste tú el que fue al campo a cosechar las espigas?.-
El cuco bajó los ojos, y sin decir ni una palabra mas,se fue volando a ver al cuervo.
Encontró a este en la rama más alta y gruesa de un hayedo, recogiendo plumón de un nido abandonado...
-Mi especialidad es el plumón, y en este arte has de reconocer que el trabajo era perfecto.-
El cuco asintió malhumorado, después de todo, el cuervo estaba en lo cierto. Con una mueca de desgana, el cuervo siguió hablando...
-Para las ramas, contraté a los gorriones, un cuarto de kilo de trigo me supuso su trabajo, y es evidente que esos pequeños holgazanes no cumplieron debidamente con su cometido, así que yo también me siento perjudicado amigo mio...-
El cuco se despidió cortesmente, su furia no había menguado, pero no quería llegar a decir nada inconveniente.
En el bosque, el cuervo era un pájaro poderoso e influyente, todo el mundo le debía favores.
Los gorriones se encontraban como siempre faenando, entre los apretados surcos de un próspero campo de cultivo.
En cuanto vieron llegar volando la furia parda del cuco, como centellas corrieron a esconderse entre los zarzales cenicientos que poblaban las lindes del sembrado.
Pero no les valió de mucho, el cuco no venía ya dispuesto a atender razón alguna.
Bajo severas amenazas, los conminó a dar fin inmediato al encargo, y aunque aún no habían recibido ni tan siquiera una décima parte del trigo que el cuervo les hubiera prometido, hubieron de cargar con todo el peso de la obra hasta entregarla por fin a su dueño.
MORALEJA
El estado siempre fue un cuco,
las constructoras son cuervos,
los periódicos son cotorras
que suelen contarnos cuentos.
Alondra es la Oposición
que llegará con el tiempo,
a hacer que un nido de diez
nos cueste a todos un ciento.
El gorrión somos todos,
que pagamos este invento.
¿Y la urraca quién será?,
¿la ministra de Fomento?
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RELATOS