Este espectacular insecto vive en las montañas de Japón, suele medir unos siete centímetros de largo con una amplitud de alas de nueve centímetros.
Su aguijón, que no pierde por mas veces que lo utilice, llega a medir casi medio centímetro.
Estas medidas lo convierten sin duda en la avispa más grande del planeta.
Su agresividad, potentes mandíbulas y peligroso veneno que disuelve los tejidos, le hacen responsable de la muerte de unas cuarenta personas al año en Japón.
Sin embargo su ciclo de vida es extremadamente corto, de principios de la primavera a principios del invierno. Las obreras no viven más de un mes, es la reina, que permanece enterrada todo el invierno quien inicia la colonia.
En cuanto llega la primavera busca un lugar donde instalar su nido, cazando todo tipo de insectos que ofrece a sus larvas masticándolos, pues los avispones adultos no pueden comer carne, sin embargo son las larvas quienes los alimentan, segregando en su saliva una sustancia llamada "va am", de extraordinario poder energético que les permite recorrer distancias de cien kilómetros al día a una velocidad de cuarenta kilómetros por hora, una forma sintetizada de esta sustancia se utiliza como bebida isotónica para deportistas.
A medida que avanza el año y la colonia de avispón gigante crece lo hace también su colmena, a mediados de verano es ya una autentica ciudadela en la que habitan mas de doscientos individuos que doblan su número cada dos semanas.
El nido formado en nueve niveles puede llegar a alcanzar un metro de diámetro, es en este momento cuando su número les permite atacar las colmenas de abejas u otros avispones.
Los hasta hace poco cazadores solitarios se convierten en un implacable y devastador ejercito, que representa una verdadera calamidad para los apicultores, pues las abejas japonesas son las únicas que pueden defenderse de su ataque.
El problema es que estas abejas producen muy poca cantidad de miel, lo que a llevado a la importación de abejas europeas mucho mas rentables, pero completamente indefensas ante el ataque de los avispones.
Los ataques se producen cuando un explorador solitario da con una colmena, hambriento como está, agrede a las abejas que se defienden ferozmente, entonces el avispón marca con feromonas la colmena señalando así el lugar en el que se haya a sus hermanas.
El ataque más que una lucha es una verdadera masacre, sólo treinta avispones pueden matar a toda una colonia de treinta mil abejas en sólo tres horas y llevarse a su nido todas las larvas y crisálidas que contiene.
Las abejas nativas de Japón sin embargo, no atacan al explorador, le permiten la entrada en la colmena y sin picarlo, lo que resulta inútil con su gruesa armadura, lo sepultan con sus cuerpos.
Entonces comienzan todas a vibrar rítmicamente, con lo que consiguen aumentar la temperatura hasta los cuarenta y siete grados, lo justo para cocer al avispón que soporta como máximo una temperatura de cuarenta y seis, mientras que ellas pueden aguantar cuarenta y ocho.
De esta forma el explorador no consigue marcar la ubicación de la colmena que queda así protegida del devastador ataque.
A finales del Otoño, la última reina termina su ciclo reproductivo y se encuentra cada vez mas débil. Pone entonces huevos sin fertilizar de los que surgirán los machos, al mismo tiempo algunas de las últimas larvas se desarrollan como reinas.
Los machos, que no disponen de aguijón, vuelan a otros nidos donde se aparearan y después de cumplida su función morirán a los pocos días.
Las centenares de reinas fertilizadas buscan entonces un lugar donde invernar y aguardar la llegada de la primavera,mientras el resto de miembros de la colonia morirán de hambre.
Su aguijón, que no pierde por mas veces que lo utilice, llega a medir casi medio centímetro.
Estas medidas lo convierten sin duda en la avispa más grande del planeta.
Su agresividad, potentes mandíbulas y peligroso veneno que disuelve los tejidos, le hacen responsable de la muerte de unas cuarenta personas al año en Japón.
Sin embargo su ciclo de vida es extremadamente corto, de principios de la primavera a principios del invierno. Las obreras no viven más de un mes, es la reina, que permanece enterrada todo el invierno quien inicia la colonia.
En cuanto llega la primavera busca un lugar donde instalar su nido, cazando todo tipo de insectos que ofrece a sus larvas masticándolos, pues los avispones adultos no pueden comer carne, sin embargo son las larvas quienes los alimentan, segregando en su saliva una sustancia llamada "va am", de extraordinario poder energético que les permite recorrer distancias de cien kilómetros al día a una velocidad de cuarenta kilómetros por hora, una forma sintetizada de esta sustancia se utiliza como bebida isotónica para deportistas.
A medida que avanza el año y la colonia de avispón gigante crece lo hace también su colmena, a mediados de verano es ya una autentica ciudadela en la que habitan mas de doscientos individuos que doblan su número cada dos semanas.
El nido formado en nueve niveles puede llegar a alcanzar un metro de diámetro, es en este momento cuando su número les permite atacar las colmenas de abejas u otros avispones.
Los hasta hace poco cazadores solitarios se convierten en un implacable y devastador ejercito, que representa una verdadera calamidad para los apicultores, pues las abejas japonesas son las únicas que pueden defenderse de su ataque.
El problema es que estas abejas producen muy poca cantidad de miel, lo que a llevado a la importación de abejas europeas mucho mas rentables, pero completamente indefensas ante el ataque de los avispones.
Los ataques se producen cuando un explorador solitario da con una colmena, hambriento como está, agrede a las abejas que se defienden ferozmente, entonces el avispón marca con feromonas la colmena señalando así el lugar en el que se haya a sus hermanas.
El ataque más que una lucha es una verdadera masacre, sólo treinta avispones pueden matar a toda una colonia de treinta mil abejas en sólo tres horas y llevarse a su nido todas las larvas y crisálidas que contiene.
Entonces comienzan todas a vibrar rítmicamente, con lo que consiguen aumentar la temperatura hasta los cuarenta y siete grados, lo justo para cocer al avispón que soporta como máximo una temperatura de cuarenta y seis, mientras que ellas pueden aguantar cuarenta y ocho.
De esta forma el explorador no consigue marcar la ubicación de la colmena que queda así protegida del devastador ataque.
A finales del Otoño, la última reina termina su ciclo reproductivo y se encuentra cada vez mas débil. Pone entonces huevos sin fertilizar de los que surgirán los machos, al mismo tiempo algunas de las últimas larvas se desarrollan como reinas.
Los machos, que no disponen de aguijón, vuelan a otros nidos donde se aparearan y después de cumplida su función morirán a los pocos días.
Las centenares de reinas fertilizadas buscan entonces un lugar donde invernar y aguardar la llegada de la primavera,mientras el resto de miembros de la colonia morirán de hambre.
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